La alimentación es uno de los factores que no debemos dejar de cuidar cuando practicamos natación en aguas abiertas. De una buena nutrición dependerá nuestro desarrollo, bien en una prueba o en un entrenamiento y no se trata de comer y beber algo sano, sino que para un esfuerzo de tal magnitud hay que hacer una ingesta de alimentos acorde con lo que realmente vayamos a necesitar.
Éste es un deporte muy exigente y en una travesía de unos 10 ó 25 kilómetros (algo muy exigente), los expertos afirman que el gasto es de entre 2.000 y 4.000 Kcal en un nadador que tenga un peso situado en una horquilla de entre 70 y 80 kilos, por lo que se necesitará bastante energía.
Para un entreno fuerte o una prueba media los expertos recomiendan comer entre 200 y 300gr. de hidratos de carbono unas tres o cuatro horas antes del ejercicio, entre 40 y 70gr. de hidratos de carbono por hora durante el ejercicio, 25% de grasas y 15% de proteínas.
Los que llevan tiempo en este mundo de aguas abiertas lo saben de sobra, pero para aquellos que se inicien en la natación en aguas abiertas hay que decir que el cuerpo se deshidrata aún estando en el agua y es un requerimiento muy importante estar hidratado en todo momento, antes, durante y también después del esfuerzo.
Esto es esencial para poder tener una buena recuperación y la bebida tendría que tener un gran porcentaje de sales minerales (sodio, magnesio, calcio y potasio) y aminoácidos ramificados. Esto nos ayudará a que nuestro cuerpo se rehidrate y recupere gran parte de las sales minerales perdidas durante el nado.
En la actualidad existe un gran número de alimentos energéticos que pueden ayudarnos a suplir algunas de las carencias que perdemos durante una prueba y a los que podemos tener acceso pero nunca reemplazarán a los alimentos principales. Siempre debemos procurar comer productos con vitaminas, minerales, proteínas, aminoácidos y con hidratos de carbono. Recuerda, una dieta equilibrada es un plus muy importante para tu desarrollo este deporte. Somos lo que comemos.